Andrea Lluch es editora y co-autora del libro "Desarrollo, políticas públicas e instituciones: la experiencia de La Pampa en una visión de largo plazo" (EdUNLPam, 2017). Compartimos una síntesis de otro trabajo de su autoría, relacionado con el edificio ubicado en Lagos y Avellaneda, de Santa Rosa.
Casa Torroba
La historia de los fundadores de Casa Torroba Hnos. comienza con la llegada de Francisco Torroba a Buenos Aires en la década del ochenta del siglo XIX, con apenas 18 años. Más tarde, llegaron sus hermanos varones menores. Juan Pedro fue el segundo en instalarse en Argentina, sumándose luego Serafín e Hipólito.
Los hermanos Torroba, comenzaron trabajando primero como empleados y luego como "habilitados" antes de llegar a desempeñarse como socios de su propio "almacén". Los Torroba, y especialmente Francisco, llegaron a Santa Rosa con la intención de independizarse y consolidarse en las actividades comerciales, apoyados por los Llorente -muy conocidos propietarios de almacenes de ramos generales- y por Felipe Muriel, pariente y comerciante próspero de la provincia de Buenos Aires, quien aportó capital y contactos para realizar el sueño del "comercio propio". Este "sueño" se inició con la inauguración del almacén el mismo día que arribó el tren proveniente de Buenos Aires a Santa Rosa, el 7 de septiembre de 1897.
La sociedad comercial Torroba Hnos.
La primera sociedad llevaba el nombre de "Francisco Torroba y Cía", y estaba integrada por Francisco con el 25% del capital, Pío Donaguelo con igual aporte y Felipe Muriel con un 50%. Juan Pedro se desempeñaba en esta sociedad como empleado habilitado, recibiendo por su trabajo el 5% de las ganancias.
A principios del siglo XX nació la firma Torroba Hnos., integrada en principio por Francisco y Juan Pedro como socios. En forma paralela, Serafín e Hipólito Torroba comenzaron a trabajar como empleados habilitados en el comercio de Santa Rosa, para luego incorporarse a la sociedad. Así, en 1911, y de acuerdo al contrato de sociedad transcrita en el Registro Público de Comercio (Nº 184, 1911, Tomo I) formaban parte de la sociedad los cuatro hermanos Torroba, siendo Francisco y Juan Pedro los socios mayoritarios con idénticas participaciones accionarias.
Concentrándonos en los primeros años de historia de este almacén de ramos generales, se observa que desde el mediano almacén que fundó Francisco a fines de siglo, la firma Torroba Hnos. creció hasta disponer de un escritorio en Buenos Aires (donde se realizaban las compras y otras diligencias) y sucursales en distintos puntos, tales como las que tuvieron a lo largo de su historia en las localidades de Parera, Carhué y Dennehy (pueblo cercano a 9 de Julio).
En 1940 (R.P.C., Nº 2020, Tomo XXIV) la sociedad Torroba Hnos. fue disuelta y se constituyó una nueva sociedad entre Juan Pedro y Francisco Torroba con Luis Alberto Comas (cuñado de ambos) denominada Torroba, Comas y Cía. Para esta fecha, la sociedad solo estaba conformada por la sucursal de Santa Rosa y ambos hermanos vivían en Buenos Aires. Por último, en 1966 se organizó Casa TORROBA SA con la puesta en marcha del supermercado del mismo nombre, siempre ocupando la tradicional esquina de Lagos y Avellaneda, la cual funcionó hasta finales de los años ochenta.
Los rubros del almacén
Además de los tradicionales rubros incorporaron la venta de motores eléctricos y combustibles. Pero sus actividades no sólo se relacionaban con lo comercial, sino que operaban como una especie de "inmobiliaria", aconsejando sobre la compra y/o arriendo de campos, realizando trámites personales y legales de todo tipo desde su escritorio en Buenos Aires. En este último caso nos referimos a su papel como intermediarios ante temas relacionados con viajes y operaciones en España, suscripciones a diarios y revistas de todo tipo, pagos de cuotas a instituciones como el Hospital Español y la provisión de ayuda ante el traslado de enfermos. A su vez mantenían estrechos vínculos con bancos nacionales y extranjeros, especialmente el Banco Español, ya que operaban como una cuasi "agencia" en donde los interesados giraban sus remesas.
Hay un elemento que es muy ilustrativo sobre este proceso de complejización y crecimiento comercial, como es el lanzamiento al mercado zonal de productos con su marca Así. Podemos señalar el recordado aceite de oliva "Torroba" importado por la sociedad desde Tortosa (España) y bajo el eslogan publicitario de "El preferido por las personas de buen paladar", a lo que se sumó la venta de cocinas domésticas con el nombre de la sociedad. Otro eje clave en la consolidación de la firma dentro del mercado local y zonal fue la representación de grandes firmas como Cervecería Palermo, Lámparas Philips Argentina, Good Year, West Indian Oil Co, entre otras numerosas marcas. Incluso los productos de estas empresas ocupaban el principal espacio de la publicidad local en los periódicos del recordado almacén Torroba Hnos.
La actividad del almacén se hallaba fuertemente ligada a la coyuntura económica, lo que en más de una oportunidad, y especialmente en los años treinta, alteró y condicionó el desarrollo normal de sus operaciones. En esta etapa se produjo una fuerte retracción en el volumen de ventas y una serie de quebrantos producto de la ruptura de la cadena de pagos. Al superar esta coyuntura, la sociedad concentró sus actividades únicamente en Santa Rosa y Buenos Aires.
La Casa Torroba, una sociedad basada en lazos familiares y amicales, fue sin duda uno de los más claros ejemplos de las múltiples funciones que cumplieron los almacenes de ramos generales en el proceso de desarrollo de la economía local, canalizando la producción de la zona al mercado, aprovisionando de insumos, alimentos y créditos a los productores y cubriendo las demandas de una población surgida en el proceso de incorporación de estas tierras a la economía nacional.