Rodolfo Braun es autor del libro "Producción porcina. El complejo educativo-productivo de la actividad en Argentina" (EdUNLPam, 2016) y le consultamos acerca de la importación de cerdos.
-¿Qué opinión tiene sobre la importación de cerdos de Estados Unidos?
Aún es anticipado opinar sobre esta cuestión, pues los trámites burocráticos de negocios bilaterales entre ambos Estados llevan mucho tiempo, y en tiempos cortos las cosas cambian permanentemente. En principio es mucho más preocupante la importación de cerdos desde Dinamarca en la actualidad por parte de corporaciones comerciales como Paladini, Sadia y La Anónima. Solo durante este año llevan importados 60.000 kg de carne congelada, para usos múltiples, principalmente para embutidos, y también presentan cortes congelados en las góndolas.
El consumidor argentino es reacio a consumir congelado, prefiere los cortes frescos de producción nacional que han aumentado considerablemente la demanda entre 2016 y 2017, casi llegando a consumir 16 kg de carne de cerdo/Hab/año. Quizá lo que más preocupe es que los daneses tienen problemas sanitarios en los cortes congelados con presencia de bacterias resistentes a fármacos; esto sí es un problema para la salud humana.
En cuanto a EE.UU. hoy tienen inconvenientes con algunas enfermedades porcinas de las cuáles Argentina se encuentra con status libre (peste porcina y PRRS) y sería un problema si ingresaran cortes infectados. Todo hace presumir controles estrictos por parte de las autoridades argentinas pero no ha ocurrido aún con los cerdos daneses. El productor argentino no se encuentra todavía acorralado por sobreoferta de carne porcina debido a importaciones, más bien está en una fuerte encrucijada en el costo por kg producido. Esto requiere mucha eficiencia ya que a su bolsillo llegan en promedio 22 pesos por kilo vendido cuando en la góndola se vende a 140 pesos el kilo de cerdo, en promedio. Esto pinta de cabo a rabo que primero hay que resolver problemas internos. Aun así, cubre los costos por kilo producido, siempre y cuando se encuentre en un perfil eficiente de producción.
¿La sanidad de los rodeos argentinos correría algún riesgo?
Argentina, por ser un pobre productor porcino en el contexto internacional y dentro del Mercosur, posee una población porcina sana; está libre de peste porcina, PRRS y posee control sanitario con vacunación contra Aujezsky, neumonía y circovirus porcino y algunas enfermedades reproductivas. Por ejemplo PRRS (síndrome respiratorio reproductivo porcino) lo padecen nuestros vecinos de Uruguay y Brasil. Por tanto es más probable que nos infecten los vecinos antes que Estados Unidos.
¿Cuál es el estado actual de la producción porcina pampeana?
La producción porcina en La Pampa está en mano de pequeños y medianos productores (menos de 50 madres). Los productores están muy desorganizados y deben mejorar índices productivos (hoy 10-12 lechones/cerda/año) cuando en el mundo superan los 20 lechones. Es prioritario fomentar la transición de los sistemas a campo a otros más eficientes (confinamiento al menos de las maternidades) y mejorar la relación del porcentaje de magro (lograr productos homogéneos), incorporando genética de calidad. Es necesario introducir a los pequeños productores de subsistencia a producir con eficiencia.
El noreste de la provincia concentra el 72% de los productores y al 66% del total de hembras reproductoras. El total de cabezas de porcinos en La Pampa (2016) fue de 168.000 y representó el 3,28% del total en Argentina. El consumo aparente anual de la provincia (Demanda Provincial) es de 4.200 Tn de carne equivalente a 52.500 capones. El problema más serio de la provincia está en la faena: el 80% de los cerdos se exportan a provincias vecinas para ser faenados. Es prioridad desarrollar las capacidades industriales para el procesado de cerdos, aumentar la participación de industrias con transito federal, desarrollar los proveedores de insumos locales y también la formación de técnicos con capacidades de manejo productivo y social.