Resumen: Muchas regiones ganaderas no consideran a la tricomonosis ni a la campilobacteriosis en sus programas de control de enfermedades del ganado. Algunas no lo hacen porque saben que no representan un problema tan grande como algunos pretenden. Otras no las tienen en cuenta porque ya tienen dificultades para asegurar un plan mínimo de control de otras enfermedades que sí tienen un impacto significativo en la producción. Contrastando con estas visiones, La Pampa fuerza a practicar el diagnóstico anual de estas dos enfermedades venéreas dentro de cada campo, con el propósito de erradicarlas y la esperanza de aumentar la producción de carne. Esto es suficiente para transformarlo en un caso emblemático. Lograr que cada productor ganadero pague para que ingresen a su establecimiento a controlar algo que no tiene una justificación sólida, es digno de consideración. Pensar que ese control es necesario en establecimientos que no disponen de agua y alimento, es condenable. Aquí se describe cómo se llegó a esta situación y cómo se ha prolongado la agonía de este programa que no puede mostrar resultados.